El Bulldog francés o comúnmente también llamado “Frenchie” es un perro de compañía excelente, que no pasa desapercibido gracias a su adorable apariencia y a la ternura que desprende su mirada.

Este pequeño musculoso es alegre, muy sociable y se siente muy vinculado a su dueño, del cual demanda mucho afecto y atención, ya que no le gusta pasar mucho tiempo en soledad. Su educación requiere paciencia y tesón, pues suele mostrarse bastante terco, así que puede que no nos haga caso a la primera. Se relaciona muy bien con los niños y suele mostrarse muy protector con ellos. Del mismo modo, se muestra muy afable con los desconocidos y se adapta perfectamente a la convivencia con otras mascotas.

No suele ladrar, a no ser que se sienta amenazado por algún peligro y quiera darnos la señal de alarma. Adora estar en casa y dormir, no nos pasarán desapercibidos sus ronquidos, debido a su morfología braquicéfala (hocico y cráneo achatado) que dificulta su respiración. Debido a esta característica morfológica tan peculiar, no tolera bien los climas cálidos y en verano tenemos que estar muy pendientes de no someterle a temperaturas altas, y no dejaremos que se tumbe al sol.

Su peso oscila entre los 9 y 14 kg en los machos y 8 y 13 kg en las hembras, siendo un perro pequeño, aunque por su constitución parezca más grande.

Le gusta pasear a un ritmo constante que le permita estar en forma, pero no deberemos someterle a realizar ejercicio intenso y nunca en horas de calor.

Su pelo es corto y suave, de muy fácil mantenimiento, bastará un cepillado semanal, y un baño mensual para mantenerlo limpio y brillante. Sin embargo, hay que prestar mucha atención a los pliegues de su piel, para que no se acumule suciedad ni humedad en ellos y evitar irritaciones.

Aunque es un perro fuerte y de gran resistencia, tiene predisposición a los problemas respiratorios, cutáneos, alergias, y habitualmente padece de gases y sensibilidad digestiva, porque tiene tendencia a tragar su comida sin masticarla adecuadamente.

Los partos en esta raza suelen presentar dificultades debido al tamaño de la cabeza de los cachorros, y es muy frecuente que se tenga que realizar la cesárea.

Para vigilar todas estas sensibilidades, recomendamos visitar al veterinario con regularidad durante todas las etapas de la vida del perro. Nuestro veterinario de confianza nos aconsejará sobre los mejores cuidados y la alimentación más adecuada para nuestro Frenchie.