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Piometra en perra y gata

Piometra en perra y gata 

Vamos a abordar un tema de gran importancia y relevancia en la salud de nuestras mascotas: las piometras en perras y gatas.

Para aquellos que no estén familiarizados con esta condición, una piometra es una infección uterina que afecta principalmente a hembras caninas y felinas no esterilizadas. Esta enfermedad puede ser grave e incluso poner en peligro la vida de nuestras amadas mascotas.

Es importante destacar que la esterilización es la forma más efectiva de prevenir las piometras en nuestras perras y gatas. Al evitar que entren en celo y que sus órganos reproductivos se desarrollen, eliminamos el riesgo de infecciones uterinas y otros problemas de salud relacionados.

Sin embargo, si su mascota no ha sido esterilizada y comienza a mostrar síntomas de una posible piometra, es crucial que la lleve de inmediato al veterinario. Los síntomas incluyen pérdida de apetito, aumento de la sed, letargo, secreción vaginal y fiebre.

No debemos subestimar la gravedad de esta enfermedad. Si no se trata a tiempo, una piometra puede llevar a complicaciones graves e incluso la muerte. Por lo tanto, es vital que estemos atentos a cualquier cambio en el comportamiento o la salud de nuestras mascotas y actuemos de manera proactiva.

Además, debemos recordar que la esterilización no solo previene las piometras, sino que también tiene muchos otros beneficios para la salud de nuestras mascotas.

En resumen, la prevención es fundamental en la lucha contra las piometras en perras y gatas. La esterilización es la mejor manera de evitar esta enfermedad y garantizar una vida larga y saludable para nuestras mascotas.

Juntos, podemos crear conciencia sobre esta importante cuestión y tomar medidas para proteger la salud y el bienestar de nuestras queridas mascotas.

 

 

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¿Qué es la sarna en perros?

La palabra sarna se utiliza para describir todas aquellas enfermedades contagiosas causadas por ácaros que producen  un picor intenso.

Las sarnas contagiosas son comunes en perros jóvenes, en perros con problemas en su sistema inmunitario o patologías de la piel, y en perros que viven en condiciones poco salubres, hacinados o sin demasiadas medidas de higiene. Los ácaros responsables se reproducen rápidamente, e invaden áreas específicas de la piel del perro, provocándole tanto picor que puede llegar a causarse heridas.

TIPOS DE SARNA EN PERROS

SARNA OTODÉCICA

Es la sarna de los oídos.. Está producida por unos ácaros que no toleran la luz solar y la falta de humedad, por lo que el conducto auditivo es su entorno ideal. Su presencia en el oído produce un tipo de irritación que se traduce en la producción de cera, cuyo síntoma característico es la presencia de un color oscuro. El perro acaba sufriendo una otitis, sacudiendo la cabeza más de lo habitual, y rascándose introduciendo sus garras posteriores en el oído. Se trata, sin embargo, de una sarna fácil de diagnosticar y de tratar. El veterinario, ante la sospecha de la presencia de estos ácaros al explorar el oído del perro, puede tomar muestras de cera para observarlas en el microscopio y confirmar su presencia. Si se verifica el diagnóstico, además de proceder a limpiarle el conducto auditivo a tu perro, el veterinario te recetará el uso de unas gotas específicas, o incluso pipetas para eliminar los ácaros en pocos días.

SARNA SARCÓPTICA

Ésta es una de las sarnas que produce más picor. Está causada por un ácaro que se multiplica rápidamente excavando túneles en la piel, lo que produce en el perro un enrojecimiento intenso de las zonas afectadas, y mucho picor. Es altamente contagiosa, pudiendo llegar a afectar incluso a las personas. El diagnóstico de este tipo de sarna es un poco más complejo. Por ello, es probable que el veterinario, tras haber explorado al perro, le realice un raspado de la piel afectada para poder acceder a los túneles, y arrastrar así los ácaros para estudiarlos a posteriori en el microscopio. Si se confirma su presencia, el tratamiento consiste en baños con productos acaricidas, la administración de medicación inyectable o en pipetas, y un buen control del entorno para eliminar los huevos que pueda haber en la cama, o en las zonas en las que suela encontrarse el perro. Es muy importante que las personas que aplican estos tratamientos usen guantes para evitar el contagio.

CHEYLETIELOSIS

Está producida por un ácaro de color rojizo que causa picor intenso y descamación de la piel. Puede contagiarse fácilmente entre perros y gatos. Su diagnóstico es sencillo pues basta con observar la piel del animal con una lente de aumento, y ver los ácaros rojizos en movimiento sobre la piel descamada. Su tratamiento es sencillo, debido a que la mayoría de los productos para pulgas son eficaces, y eliminan el ácaro rápidamente.

SARNA DEMODÉCICA

Lo que diferencia a esta sarna del resto, es que está producida por un ácaro que forma parte de la piel normal de todos los perros. Se transmite de madres a cachorros tras el parto, sobre todo cuando la madre los amamanta. En condiciones normales, este ácaro vive en la piel del perro pero sin causar problemas. Por ello no se la considera una enfermedad contagiosa.

Pero, ¿qué causa la enfermedad? Este ácaro se multiplicará de forma incontrolada, destruyendo las raíces de los pelos y causando un picor intenso, cuando los mecanismos de defensa de la piel del perro se vean alterados por la presencia de enfermedades debilitantes, o por la administración de medicación que afecte a su Sistema inmunitario.

En cachorros suele ser una enfermedad autolimitante, lo que significa que suele curarse en unas semanas, simplemente con una buena higiene y un mantenimiento adecuado de la piel. Sin embargo, si se produce en un animal adulto o si el perro tiene 5 o más áreas afectadas, se considera que la sarna se ha generalizado, y deben tomarse medidas específicas para eliminar la enfermedad. En perros adultos, esto suele ser reflejo de la presencia de alguna otra enfermedad que ha debilitado su Sistema inmunitario. El diagnóstico de este tipo de sarna también requiere realizar raspados de la piel o arrancado de algunos pelos, porque el ácaro vive en las estructuras internas del folículo del pelo. Sin embargo, suele ser más fácil de diagnosticar que la sarna sarcóptica.

Si se confirma su presencia y no es un problema generalizado, bastará con aplicar alguna crema en las zonas afectadas, y/o bañar al perro con un champú específico, y utilizar acaricidas para reducir el picor y la inflamación de la piel.

Consulta con el veterinario para que éste decida qué tratamiento es mejor para tu perro, teniendo en cuenta su edad, raza, si se trata de un problema generalizado, y si hay o no otros problemas relacionados.

Sea cual sea la sarna que sufra tu perro, su piel va a estar afectada durante cierto tiempo por inflamación, rascado, aplicación de productos y otros. Por ello, es altamente recomendable utilizar una alimentación formulada específicamente para problemas de piel o pieles sensibles durante el tratamiento y el periodo de recuperación. Gracias a este tipo de alimentación, ayudarás a reducir las consecuencias de estas molestas enfermedades, y a acelerar la recuperación de la piel y el pelaje de tu perro.

 

Ante cualquier síntoma acuda a su veterinario.

 

Bibliografía : purina

 

Chequeo Canino - Veterinarium

Trucos para saber detectar si tu perro o gato está enfermo

Ciertos comportamientos, gestos o reacciones del animal deben interpretarse como síntoma de una patología

La apatía o un comportamiento anómalo pueden advertirnos de que nuestro animal sufre dolor o está enfermo

Los perros (y otros animales de compañía) también se constipan, sufren artrosis y les duelen las articulaciones, desarrollan tumores, padecen diabetes, dolencias cardíacas…. Y, aunque convivamos con ellos, no siempre es fácil detectar que están enfermos o que sufren alguna molestia o dolor, y algunas patologías menores pueden acabar agravándose si los síntomas iniciales nos pasan desapercibidos.
Sin embargo, veterinarios y expertos en comportamiento animal aseguran que la observación de la mascota y ciertos conocimientos –incluidos algunos trucos y pautas muy básicas–, permiten detectar con rapidez si un perro o un gato sufre una enfermedad. Un comportamiento anómalo del animal, como la apatía, que haga sus necesidades en casa (perros) o fuera del arenero (gatos), o que esté especialmente irritable, pueden advertirnos que nuestro animal doméstico sufre una patología. O generarnos las suficientes dudas para acudir a preguntar al veterinario de confianza.
A veces el único síntoma de que un gato está enfermo es que se queda quieto en el sofá
La primera advertencia básica que hacen los expertos es que los gatos son mucho más crípticos que los perros a la hora de detectar si están enfermos. No obstante, el grado de relación de cada persona con su animal también es fundamental. Y tampoco es lo mismo una mascota joven que aún no se conoce bien, que un perro o un gato que hace años que vive en casa.
“Cada especie puede variar en el momento de manifestar cuando se encuentra mal o sufre dolor. De entrada los gatos son más complicados, es mucho más fácil identificar que un perro se encuentra mal que detectar en un gato”, destaca Marta Amat, doctora en Veterinaria, jefa del servicio de Etología del Hospital Clínico Veterinario de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Hace falta conocer algunas claves para entender qué nos quiere decir nuestro gato.
Si los síntomas iniciales nos pasan desapercibidos, la patología puede agravarse
En los perros, más rutinarios y con mayor dependencia con sus dueños, resulta más fácil. Varias razones explican que interpretar el comportamiento felino sea más complejo. “Por la vida que hacen los gatos en muchos casos la relación con el humano no es tan estrecha como con los perros, no se está tan encima de ellos y algunos síntomas nos pueden pasar por alto; un cambio de comportamiento puede ser un indicador de enfermedad, por el dolor, pero también puede significar que el animal está estresado por un cambio en su entorno”, añade Amat. Y si son gatos que pasan parte de su vida fuera de casa, aún es más complicado.
Hay que tener en cuenta también las particularidades de cada animal, su carácter. Conocer bien a nuestro animal ayuda también a detectar si le sucede algo anormal. La agresividad o la capacidad para relacionarse con otros animales cambia y puede también educarse.
El carácter y la expresividad del animal influyen a la hora de detectar si le sucede algo “anormal”
No todos los gatos y perros muestran de la misma forma que se encuentran mal o padecen dolor. “Hay animales que son más expresivos y otros que lo son menos; el colmo de la poca expresividad es el gato: puede estar fatal y que el único síntoma sea que se queda quieto en el sofá”, destaca la doctora en Veterinaria. Por ello lo primero que tenemos que hacer es fijarnos mucho en el comportamiento de nuestros animales.
Pero, ¿qué debemos mirar y tener en cuenta?
-Apatía Cae la actividad diaria y disminuye el hambre
Uno de los primeros síntomas a tener en cuenta es si el gato o el perro reduce, de la noche a la mañana, su nivel de actividad o come menos. La apatía, la falta de interés y las pocas ganas de jugar o interaccionar con las personas pueden ser una primera señal de alerta. “Nos debemos fijar en la actividad. Si el animal no sale a recibirnos cuando llegamos a casa, no come o lo hace en menor cantidad, o duerme más horas de lo habitual es un poco sospechoso, y tenemos que empezar a ponernos en alerta”, explica Maria Pifarré, veterinaria.
-Fiebre .Temperatura corporal por encima de 39º
Gatos y perros tienen una temperatura corporal distinta a la de los humanos. Su temperatura corporal normalmente oscila entre los 38 y los 39 grados. Si se puede colocar el termómetro al animal, que no es fácil, y aparece esta temperatura, no, nuestro gato o perro no tienen fiebre. Si está por encima de los 39, alerta.
-Ojos .Secreciones o parpadeo repentino
Observar los ojos de la mascota es un buen indicador de su estado de salud. “Los ojos tienen que estar limpios y brillantes”, explica Pifarré. Hay secreciones lacrimales, no obstante, que son normales, siempre que no sean de color verde o amarillo. Hay razas más predispuestas a las secreciones lacrimales, como los perros yorkshire o el maltés.
Hay animales que parpadean muy a menudo o que no pueden abrir un ojo, lo que denota molestias o dolor. En caso de observar estos síntomas, se recomienda acudir al veterinario.

Si el perro parpadea mucho o no puede abrir un ojo, se recomienda llevarle al veterinario

Si el animal sacude mucho su cabeza o la tiene inclinada, es un indicador de un problema en el sistema auditivo. Los veterinarios aconsejan que los propietarios se acostumbren al olor de las orejas de sus animales porque de esta forma podrán detectar el mal olor con más facilidad. El mal olor de las orejas es uno de los síntomas más evidentes de una otitis.
-Sistema digestivo.Vómitos, diarreas y heces muy blandas
En los gatos no es raro que el animal vomite puntualmente. Otra cosa bien distinta es si el gato vomita cuando ingiere comida o incluso tan solo bebiendo agua. Si sucede esto, hay que acudir al veterinario.
Hay animales que sufren diarrea ocasionalmente cuando se les cambia el pienso o su comida habitual, o que presentan heces muy blandas. Tampoco hay que preocuparse. Si el perro o el gato además de vomitar o tener diarreas se muestra apático y cansado, sí que hay que consultar con un especialista.
Los perros a veces vomitan para “autocurarse”, pero si además está apático o cansado, sí hay que llevarle al veterinario
“Hay síntomas fáciles de identificar, como los vómitos o las diarreas. Pero si un gato está apático o come menos, no es tan fácil de identificar que existe un problema. Yo siempre recomiendo que ante cualquier cambio o cosa que sorprenda, mejor consultar y trabajar la prevención. No cuesta nada llamar al veterinario y, si no es nada, mucho mejor ”, dice Amat.
-Orina.Bebe mucha agua, hace mucho o poco pipí
Si el gato o el perro bebe constantemente agua y hace pipí repetidamente, con mucha más frecuencia de la habitual, hay que ponerse en alerta y llevar al animal a la consulta. “Es un síndrome y normalmente denota muchas patologías, no una sola; es lo mismo que sucede con la fiebre”, explica Pifarré. No es fácil de detectar, especialmente en verano, cuando los animales beben más agua.
Cuando vemos que un perro intenta hacer pipí y no puede o expulsa muy poca cantidad de orina, es un síntoma habitual de una patología o alteración, como la infección urinaria (cistitis) o los cálculos renales.
Si el gato pasa va mucho al arenero debemos llevarle al veterinario porque puede tener problemas en la uretra

“Ante cualquier cambio o cosa que sorprenda, mejor consultar y trabajar la prevención”
Marta Amat Jefa Etología del Hospital Clínico Veterinario UAB
En los gatos es especialmente importante, porque son animales que pasan mucho tiempo en el arenero cuando no pueden hacer pipí, entrando y saliendo constantemente. “Hay que ir corriendo al veterinario, una obstrucción de la uretra puede ser mortal”, alerta Pifarré.
-Otros indicadores
Cambios de peso, cojera, flujo, respiración…
Hay otros factores a tener en cuenta. Si el animal pierde o gana peso en poco tiempo, es recomendable pedir la opinión del especialista porque puede estar provocado por un problema de salud. La ansiedad por comer, ver que el animal está muy irritable o que se aparta y quiere estar solo, son comportamientos que pueden estar provocados por el malestar o el dolor derivado de una patología. También puede ser que el animal pase simplemente un proceso de estrés.
Una cojera, no de forma leve y ocasional, sino de forma repetida, cada vez que el animal ha estado estirado descansando, no es normal. En ocasiones, un problema óseo, como una artrosis en las caderas –muy frecuente en los gatos mayores–, se puede manifestar solo con que el animal deja de hacer pipí y caca en el arenero, o sencillamente está más irritable. “El cambio de conducta puede ser la manifestación del dolor, y sucede a menudo”, explica Amat.
“El cambio de conducta puede ser la manifestación de dolor, y sucede a menudo”
Marta Amat
Jefa Etología del Hospital Clínico Veterinario UAB
Si vemos que nuestro gato presenta un aspecto descuidado en el pelo porque se limpia menos, es un síntoma típico de que no está bien. “Los gatos son muy limpios, pasan gran parte del día limpiándose. Si vemos que el pelo no está tan brillante es porque no se limpia y eso significa que no se encuentra bien”, ejemplifica Amat.
En la perras hembras, si presenta un flujo vulvar que no se corresponde con el celo, está como apagada y hace mucho pipí, puede ser que sufra una alteración de la matriz.
También hemos de estar atento si el perro empieza a toser por las noches, o se ahoga cuando se excita o hace ejercicio. Los veterinarios alertan que ello puede estar derivado de un problema cardíaco. También remarcan que si un gato respira con la boca abierta y se ahoga, hay que ir rápidamente al veterinario.

Cuando un perro se rasca mucho o bien tiene parásitos, os sufre una alergia o una infección de la piel
Si un perro o un gato se rasca mucho, es por tres motivos: por la presencia de parásitos (pulgas, sarna, etcétera), por una alergia o por una infección de piel. Pueden darse por separado o las tres patologías juntas.
Cuando un animal se tambalea o pierde el equilibro puede estar sufriendo un problema neurológico, de hígado o de riñón, por lo que debe pasar por la consulta de un veterinario. Y si se observan bultos que no se sabe cómo han aparecido y sabemos que el animal no se ha golpeado, también hay que hacer un seguimiento, tomar precauciones y acudir al especialista a que lo revise.
Hay una enfermedad, el síndrome de disfunción cognitiva, que aparece en animales de edad avanzada, y se puede manifestar en que el gato deja de usar el arenero, no duerme bien o está más irritable e incluso agresivo.

Doctor Google
Cuidado con internet y las falsas alarmas
Es muy habitual que los propietarios acudan a internet para intentar saber si aquello que han observado de anormal en su mascota se corresponde con alguna enfermedad o es un simple cambio de comportamiento. Y en esos casos es frecuente que se encuentren presuntas graves enfermedades relacionadas con tales conductas y nos invada el pánico.
Por eso los veterinarios aconsejan prudencia a la hora de informarse a través del Doctor. Además, de informaciones no veraces o que pueden desencadenar un problema superior.

Fuente : La vanguardia