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Cómo ayudar a un niño a superar la muerte de su animal

 

Cómo ayudar a un niño a superar la muerte de su animal de compañía 

  • Mantener una buena comunicación con los más pequeños es clave para evitar que activen su imaginación y tengan pensamientos de culpabilidad
  • Es necesario preparar al niño o niña y adelantar su malestar para que tenga un proceso de adaptación al fallecimiento del perro o gato

El duelo infantil por los animales de compañía es una experiencia sensible y única, porque el vínculo que se forma entre ellos es verdaderamente profundo.

Es importante ofrecer un espacio seguro donde los niños puedan expresar libremente sus sentimientos de tristeza, confusión y pérdida. Escuchar activamente sus pensamientos, preocupaciones y validar sus emociones ayuda a que se sientan comprendidos y acompañados en este difícil proceso. Los niños requieren apoyo, comprensión y empatía. Al brindarles el espacio para expresarse, evitamos que su imaginación empiece a funcionar y elaboren una narrativa incorrecta de lo que ocurre, por ejemplo, sentimientos de culpabilidad.

¿Cómo comunicar la noticia?

La manera de comunicar la noticia dependerá de la edad, el carácter del niño y la experiencia que haya tenido con el perro o el gato. Si el animal de compañía está a punto de morir, es recomendable que los padres puedan anticipar cómo afectará esta situación a su hijo y poder prepararlo para un duelo anticipado.

Cada niño o niña, en su singularidad evolutiva y edad, enfrenta la pérdida de manera única.

Hasta los 5 años, los niños la viven como algo transitorio, sin comprender plenamente su significado. A partir aproximadamente de los 6 años desaparece la transitoriedad, tienen la conciencia de la desaparición, sin mayores implicaciones, ya que el concepto de pérdida todavía se entrelaza con fantasías propias de su imaginación. Por ello es importante razonar con el niño o la niña y explicarle lo que ha ocurrido.

A partir de los 9 o 10 años, el concepto de pérdida se asemeja al de los adultos, pero sigue faltando la parte cognitiva propia de la edad, de comprensión sobre la muerte, además del trabajo emocional de cómo elaborar la pérdida. Ya durante la adolescencia, hay una actitud muy egocéntrica y una pérdida puede ser vivida como más distante, evitando mostrar los sentimientos.

La manera en que los niños responden a la pérdida está estrechamente relacionada con la forma en cómo los padres reaccionan, explican y comprenden lo ocurrido.

Cómo ayudar a los más pequeños a superar el duelo

 A continuación, algunas pautas para ayudar a los más pequeños a superar este proceso de manera saludable:

 

  • Explicar la muerte de manera honesta y sincera, respondiendo a las preguntas de los niños de forma sencilla. Si no hay respuestas concretas, es mejor reconocerlo y decirlo sin problema.

 

  • Evitar la utilización de palabras o expresiones que puedan confundir a los niños menores de 6 años, como “se quedará dormido” o “irá al cielo”.

 

  • Crear un ritual en el que los niños puedan participar activamente para ayudarles a procesar la pérdida, forjando un espacio de expresión.

 

  • Comprender que es probable que los niños menores de 6 años manifiesten inicialmente rechazo hacia la pérdida, lo cual es una reacción normal. Hay que brindarles tiempo para que procesen sus emociones.

 

  • Animar al niño o niña a expresar y ordenar sus propias emociones, entregando un espacio seguro para hablar sobre sus sentimientos, sus recuerdos y conversar sobre la muerte en sí.

 

  • Informar a las personas de su entorno, como familia y profesores, para que puedan comprender y apoyar los posibles cambios emocionales o conductuales del niño o niña.

 

  • Si resulta difícil mantener la calma, se debe buscar la ayuda de un adulto cercano. Es importante no ocultar el propio dolor, mostrando que el duelo es un proceso que puede generar tristeza, desconsuelo y anhelo, pero esas emociones son pasajeras.

 

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