Veterinarium: Teléfono fijo 91 881 39 95 / WhatsApp 649 47 98 55

Veterinarium II: Teléfono fijo 91 280 64 19 / WhatsApp 673 61 37 18

Facebook
Instagram
Correo
Veterinarium
BLOG

Estrés felino

Las circunstancias que pueden  causarle estrés a nuestro gato  son variadas. Tenemos que tener en cuenta que le  afectarán en la medida  de la intensidad del estímulo y del carácter del felino. De este modo, los gatos más sensibles se verán afectados por pequeños cambios en su rutina.

  • Las mudanzasya que suponen un cambio de territorio y un proceso de adaptación a un entorno  distinto.
  • Un viaje, o la visita al veterinario, también suponen salir de su entorno seguro.
  • La llegada de una nuevo animal a casa  o de personas extrañas a casa también puede alterar su estado.
  • También  ruidos, el celo,  falta de espacio, cambio de mobiliario, etc.

Signos de estrés en los gatos

Las primeras señales de que nuestro gato puede estar sufriendo estrés son los cambios de comportamiento ( alimentación,  higiene y la interacción con el ser humano u otros animales)

  • Eliminación inadecuada, es decir, la micción o defecación en un lugar diferente a la bandeja de arena, que en ocasiones se debe a una causa diferente al estrés, y no debe confundirse con el marcaje territorial de los machos.
  • Dejar  de comer o, por el contrario, que lo haga compulsivamente e incluso mordisquee objetos, como tela.
  • Otros se acicalan repetidamente provocando una muda excesiva
  • Se muestran asustados, desean esconderse y evitan el contacto con otros congéneres o con nosotros, pudiendo llegar a manifestar agresividad.
  • Es posible que detectemos cambios a nivel físico, además de la alopecia o la anorexia.
  • Alteraciones del aparato digestivo del animal, como vómitos, diarrea o estreñimiento, y de las vías urinarias, como la cistitis y la formación de cristales minerales microscópicos en la orina.
  • La inmunidad de los gatos también puede verse debilitada, aumentando las probabilidades de contraer infecciones. Debemos prestar especial atención si nuestro gato padece alguna enfermedad vírica como la inmunodeficiencia, o el herpesvirus felino, o trastornos respiratorios como el asma, ya que su situación puede empeorar a consecuencia del estrés.

 

Ante cualquier síntomas acuda a su veterinario de confianza.