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El ciclo sexual en perras y gatas

Todo propietario que conviva con una perra o gata en casa, sea cual sea su raza, debe tener muy claro cómo son los ciclos reproductivos de estos animales.

Perras

La pubertad

El primer celo en la perra es habitual que aparezca entre los 6 y los 10 meses de vida, presentándose en las razas pequeñas a una edad más temprana que en las de mayor tamaño, en las que puede alargarse hasta el año de edad. Además de la raza, también las condiciones ambientales influyen en la aparición del primer celo (algunos estudios indican que sucede más a menudo en primavera o verano), al igual que la presencia de otras hembras o la administración de medicamentos. Si a los 18 meses de vida la perra aún no ha alcanzado la pubertad, se debe acudir al veterinario para que investigue la causa.

El celo
La perra es una hembra monoéstrica, lo que quiere decir que presenta un único ciclo sexual por época de celo, en el que se produce una sola ovulación de varios óvulos. La ovulación es espontánea, ya que se produce tanto si la perra es montada como si no. El celo dura unos 15-18 días, y suele producirse cada 6 meses, aunque hay razas como el Pastor Alemán que tienen intervalos más cortos.

Gatas

La pubertad

La edad de la pubertad en gatas, es decir cuando son capaces de tener ciclos sexuales, es muy variable, pero debe existir en teoría un desarrollo corporal de un 80% del peso final, lo normal es que ocurra a los 8 a 10 meses.

El celo

La gata es una hembra poliéstrica estacional (presenta varios celos repetidos en su estación reproductiva). Mientras dura la estación de actividad sexual (unos 6-7 meses en España) tiene una sucesión ininterrumpida de celos. Cada uno viene a durar unos 7 días, y pueden repetirse cada 10 o 15 días.
A medida que los días se hacen más largos y aumenta la temperatura, la gatas comienzan a entrar en celo y a manifestar la sintomatología típica de intranquilidad, ronroneo, se frotan con nosotros y con otras superficies de la casa, ruedan y maúllan continuamente recorriendo toda la casa con el rabo levantado. En muchas ocasiones todos estos signos aparecen o se acentúan durante la noche.
En condiciones naturales de luz y temperatura (estado salvaje), llegado el otoño entrarían en una fase de reposo absoluto, que se alargaría hasta el invierno, pero el hábitat de nuestros animales está alterado con las calefacciones y luz artificial de las casas, viéndose incrementado el periodo de actividad sexual.

A diferencia de otros mamíferos, donde se produce una ovulación espontánea, en la gata es necesaria una estimulación del cuello uterino (como sucede durante el apareamiento) para que tenga lugar. Éste es el motivo por el
cual la gata presenta un nuevo celo al cabo de unos días si no ha sido cubierta. Si el acoplamiento se ha producido, la ovulación sobreviene a las 24-48 horas. El motivo de que una gata que no haya quedado gestante, a pesar
de haber sido cubierta, no presente un nuevo celo hasta 45 días después se debe precisamente a que el coito ha desencadenado una serie de mecanismos hormonales que hacen creer al organismo de la gata que debe mantener una gestación, cuando en realidad no es así. Este fenómeno se conoce como pseudogestación.

 

Fuente: /https://axoncomunicacion.net/portfolio/uno-mas/no102-uno-mas/no102-uno-mas-sumario/

¿Está mi perro enfermo? ¿Cómo puedo saberlo?

Tienes un perro y se comporta de forma extraña, sospechas que algo no va bien  y es posible que no sepas cómo saber si está realmente enfermo.

A continuación te dejamos  algunos síntomas de enfermedad, como los vómitos o la diarrea, que  pueden ser evidentes, aunque otros muchos comportamientos vinculados a una enfermedad son difíciles de identificar si no se sabe qué buscar. A continuación, describimos algunas situaciones y signos que pueden ayudarte a averiguar si tu perro podría estar enfermo, y cuándo deberías considerar ponerte en contacto con tu veterinario.

No comer

La mayoría de los perros rara vez dicen que no a un alimento o a un premio especial, sobre todo si se lo pones delante. Si tu perro no come con el ánimo habitual, debes comenzar a prestar mayor atención. Hay muchas cosas que pueden hacer que un perro deje de comer, como las náuseas, el dolor de muelas, la ansiedad, las infecciones víricas y el dolor de estómago.

Pasarse el día acostado

Si notas que tu perro duerme más, se queda atrás durante sus paseos, no se interesa por el juego o no juega tanto como antes, es posible que algo vaya mal. A veces, simplemente hace demasiado calor fuera para jugar y hacer ejercicio. Cuando suben las temperaturas, los perros son por naturaleza un poco más perezosos. Por otro lado, si no hace calor, este comportamiento indica que puede haber algo más.

Hay muchas cosas que pueden causar la pérdida de energía en un perro. Cualquier tipo de infección, ya sea vírica, bacteriana o fúngica, puede provocar una pérdida de energía. Las enfermedades cardiacas o los problemas respiratorios de cualquier tipo pueden hacer que un perro se sienta cansado. Los trastornos hormonales, como un nivel bajo de la tiroides, pueden causar un mayor letargo. La obesidad puede hacer que el perro duerma más porque le resulta agotador desplazarse. La obesidad también puede conducir a enfermedades degenerativas de las articulaciones, dificultando aún más que puedan correr o jugar. Esto puede provocar una espiral frustrante en la que como tu perro tiene dificultades para hacer ejercicio, gana más peso y esto le lleva a poder hacer aún menos ejercicio. El cáncer, las enfermedades hepáticas, las enfermedades renales y las afecciones neurológicas como las convulsiones o la disfunción cognitiva canina (también conocida como enfermedad de Alzheimer canina) también pueden hacer que un perro se muestre cansado.

Si tu perro ya es mayor, piensa que su capacidad de movimiento puede ser menor debido a su avanzada edad. Si bien es cierto que los perros se mueven menos a medida que envejecen, esto no significa que deban dejar de moverse por completo. Los perros mayores (los que tienen siete años o más) todavía pueden moverse y hacer ejercicio. Si tu perro mayor no parece jugar como antes, merece la pena llamar al veterinario y que lo revise para descartar cualquier posible dolencia. A medida que tu perro envejece, es probable que tu veterinario quiera realizar pruebas adicionales para asegurarse de que se mantiene en plena forma.

El dolor también puede hacerse pasar por pérdida de energía. Los problemas gastrointestinales que causan dolor en el vientre pueden hacer que un perro actúe de forma letárgica, y si un perro tiene dolor por una enfermedad articular artrítica, el dolor puede manifestarse simplemente durmiendo más. En definitiva, un aumento del sueño o la pereza indica, sin lugar a dudas, un problema. Si dura más de un día, llama a tu veterinario. Siempre es mejor ser proactivo y llamar al veterinario que preguntarte durante días si tu perro está enfermo.

Beber mucha agua

Si notas que tu perro vacía constantemente el cuenco de agua, pide que le dejes salir más a menudo o tiene accidentes por casa, es posible que esté enfermo. Beber mucho debido a una sed excesiva se llama polidipsia. Algunas de las causas más comunes de la polidipsia son las anomalías hormonales, como la diabetes mellitus o el hiperadrenocorticismo, también conocido como enfermedad de Cushing. Las enfermedades renales y las infecciones uterinas graves también pueden hacer que un perro beba más. Si notas que tu perro bebe más de lo normal, no hace calor fuera y el comportamiento dura más de un día o dos, llama a tu veterinario y pide cita.

 Poder sentir sus costillas

La pérdida de peso puede ser difícil de detectar, especialmente si tu perro tiene el pelo largo. A veces, los propietarios no se dan cuenta de que su perro ha perdido peso hasta que el veterinario lo pesa. Los perros pierden peso por una de estas dos razones: o no están comiendo o absorbiendo suficientes nutrientes, o están quemando demasiadas calorías. El cáncer, la diabetes, las enfermedades hepáticas y renales, así como otras enfermedades, provocan la pérdida de peso. Si notas que las costillas o las caderas de tu perro sobresalen, entonces podría estar enfermo y debería ser examinado por tu veterinario.

La mejor manera de saber si algo va mal es conocer el comportamiento normal de tu perro, incluyendo sus patrones de alimentación, bebida, orina y defecación, así como el aspecto normal de sus heces y su nivel normal de energía. Cuando acaricies a tu perro, tócalo por todas partes y busca cualquier cosa fuera de lo normal, como sarpullidos o bultos. También puedes evaluar el peso de tu perro analizando una serie de signos físicos como el grosor de la cola, la visibilidad de las costillas o el ancho de la espalda.

Tú conoces a tu perro mejor que nadie, y si algo te hace pensar que le pasa algo o que está enfermo, confía en tu instinto y recurre a tu veterinario.

 

¿Tiene mi perro fiebre?

¿Crees que tu perro está con fiebre? Nosotros te contamos todo acerca de la fiebre en perros.La temperatura normal del perro está entre los 38 y los 39 ºC, así que se considera que el perro tiene fiebre cuando su temperatura corporal supera los 39 ºC. Eso sí, los cachorros, las hembras a punto de parir y los perros mayores pueden no tener la temperatura media habitual.

La fiebre puede ser un signo de que el perro está enfermo, así que es  importante  el perro  para poder actuar lo antes posible y poner solución al problema.

¿Qué produce la fiebre en el perro?

Las causas de la fiebre son muchas, pero nosotros te dejamos las causas más comunes.

Causas de fiebre más comunes:

  • Una infección (bacteriana o vírica).
  • Un golpe de calor.
  • Reacción a una vacuna.
  • Ingestión de algún producto tóxico, incluidas algunas plantas.

Síntomas de que el perro puede tener fiebre

A pesar de que la fiebre suele indicar que algo no va bien en el cuerpo, son muchos los perros que tienen fiebre y no muestran ningún síntoma. Otros, en cambio, pueden mostrar temblores intensos y vomitar.

Aún así, los síntomas de fiebre más comunes son:

  • Nariz seca y muy caliente.
  • Falta de apetito.
  • Actitud decaída, apática, con más sueño de lo habitual.

¿Qué hacer cuando un perro tiene fiebre?

Si has comprobado que tu perro tiene entre 39 y 41 grados de temperatura corporal, debes llevarlo al veterinario cuanto antes, pero si supera los 41 ºC estás ante una urgencia veterinaria.

El único cualificado para elegir el modo de bajar la fiebre del perro es el veterinario, entre otras cosas porque la fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma que requiere un análisis profundo para averiguar las causas que la producen.

No automediques   a tu  perro para bajarle la fiebre si no te lo recomienda un veterinario y jamás des paracetamol o ibuprofeno porque son tóxicos para él.

Clínica Veterinarium trabajamos  por  el bienestar de tu mascota .